domingo, 14 de septiembre de 2008

Un lío en mi habitación


El último martes llegué bordeando la medianoche. Había estado con dos amigos en un bar por la universidad. Uno era el inconfundible Amer con sus freudianos comentarios, a veces oportunos; y otro, el simiesco y reverentemente gracioso Gerber. Compartíamos divagaciones y sobretodo recomendaciones para que Gerber pueda sorprender en el corazón de una paraqué guapa chica de la universidad. La cuestión era que cada uno tenía sus motivos para estar ahí; Amer saboreaba el resumen juicioso y enriquecedor de su vida sentimental explicándonos la naturaleza migratoria que el había sufrido de ser un muchacho sumamente romántico a un hombre simplista y aplicativo, en el sentido de las cuestiones carnales; Gerber analizaba las posibles acciones que le recomendábamos con minuciosidad y factibilidad para conquistar a la chica guapa que comenté líneas arriba; y yo rebosaba de reminiscencia con el cuerpo pegado a la mesa, el brazo sosteniendo un cigarro, y la vejiga algo atiborrada. En fin, ese día llegué cerca a las doce a mi casa, tenía el aliento a alcohol y el hedor a cigarro, supongo que lo habrán notado las personas con las que me topé, suquiera vagamente. Esos días estaba un poco deprimido y con mucha duda de mí mismo, dudaba de cosas tan imprecisas como inentendibles. Me preguntaba si alguna vez había amado a alguien y si es que esto había sido sentido por la otra persona, la duda de que alguna vez pueda aprender a amar a alguien me embargaba y quizá por eso buscaba a la persona que más amor puedo darle y no sentirme efímeramente rechazado. Introduje la llave en ese espacio oscuro que parecía no tener puerta y la giré con suma audacia. "Hey! bebé, como estás" la salude a ella con eterna dulzura. Me agrada su calor, su sonrisa, y su apoyo incondicional, porque nunca me esperará con una mirada inquisidora, el pie en cascabel y los brazos en jarra, nunca me reclamará nada excepto cariño, abrigo y comida. Se llama Perla pero raras veces la llamo por su nombre, el cariño que le tengo y su inconfudible mirada tierna y silenciosa hacen que utilize el bobalicón tono que utilizas cuando estás frente a un bebé, porque su nombre es Perla pero su gracia hace que la llame de distintas formas: ChiquiBob, muñequita, piraña gorda, bebé, Chiquirica, todos apelativos que los lleva muy conservados a sus 7 años. la cargué con el cuerpo apuntando hacia arriba y le di un beso en la mejilla. Luego la solté y me escolto hasta la cocina, el baño y mi dormitorio, en ese orden. Quiso entrar a mi cuarto pero recordé que días antes cuando estábamos viendo una película ella había saltado a mi pecho y luego de unos minutos echados frente al televisor un insecto incalculable y movedizo había tenido la osadía de picar mi bien esmerado estómago (valga el eufemismo). Entonces cuando ella me miraba con su mirada tierna de permiso yo recordé aquella escena de la pulga y mi estómago y lo lamenté pero a pesar de su mirada tierna y su cola que parecía decirme "vamos, dormiré en el cobertor de tu guitarra" le fui cerrando la puerta con una ligera rapidez para evitar de que su excesivo encanto fluya en mis entrañas de manera antojadiza. Le cerré la puerta y desde adentro le grité "El domingo te baño, bebé, ve a dormir". Sería el domingo en el que la bañaría porque esa semana la tenía copada de asuntos intrascendentes pero absurdamente necesarios.


Es domingo, aún, la noche anterior me acosté temprano, más por aburrimiento que por cansancio y por eso que hoy me levante temprano como no es costumbre hacerlo los domingos. Es un día semejante a los de siempre, nublado, friolento, de cielo chato, un poco húmedo, pero allá abajo en la sala me espera una persona que tiene una cita pendiente conmigo. Hace frío, digo, no podría bañarla así, sería inhumano. Me pongo un jean y una camisa a cuadros, adentro le refuerzo con un polo porque hace algo de frío y no quiero contraer un resfriado, eso aumentaría mi depresión. Sin embargo recuerdo que la puedo llevar al veterinario y tercerizar ese trabajo penoso de tener que bañar a Perla con agua fría, además allá tienen agua temperada. Mi hermano ingresa en el relato para decirme que como sé yo que efectivamente la bañaran con agua temperada. Siempre él con su optimismo realista je! Finalmente (luego de desayunar y hacer la rutina de los domingos) la cogo por la barriga y la llevo a darse su baño, además son casi las 12 y ha salido un sol encantador y advenedizo en Lima y no resulta del todo malvado bañarla. Perla conoce el camino asi que entristece. Llegamos. Entramos a la veterinaria, un pequinés olfatea mi pierna y al otro lado un siberiano descansa al pie de un sofa rojo. Converso con la encargada y me dice que me llamarán en media hora para que la recoja. Dejo a Perla en los brazos de la señorita y no puedo dejar de sentir pena por la mirada con la que mira, por el silencio con el que me dice que no me vaya, pero hay momentos que debemos dejar los sentimentalismos y actuar rápida y racionalmente antes de que el corazón cobre riqueza. Hay cosas que son duras pero hay que hacerlas, porque con el tiempo las consecuencias te darán la razón, o porque es mejor que nunca te des cuenta, porque la realidad es más cruel y cruda que lo que queremos que sea, porque conflictos hay en todos lados, desde el Cáucaso hasta en nuestra propias mentes, pasando, obviamente, por si dejar o no a tu perrita de ojos tristes en manos de la veterinaria para que la bañen. Y finalizo como un comentario "Yo pienso que las cosas deben ser un equilibrio entre la razón y el corazón, que ahí radica la sapiencia de las personas, y el verdadero corazón de los hombres. Que las decisiones no se pueden tomar ni fríamente ni con la cabeza ardiendo, que es mejor tomar una pausa y luego ver que pasará". No se hasta cuando seguiré con estos líos internos pero lo que sí sé es que Perla ahora goza de un aroma celestial y ya no tiene las pulgas que impedían que entre a mi habitación.

4 comentarios:

María dijo...

Muchas gracias por el comentario dejado en mi blog.

Gracias por compartir tus vivencias.

Un beso.

FUGITIVA dijo...

seguro estabas tomando en los bares al frente de la venezuela no?..cuidadito que te vea x ahi..k te saco de las mechas jaaa!!
ahh!! y pobrecito las personas que pasaron por tu lado ese día, con eso del aliento a alcohol y la oliendo a puchito seguro

Patricia dijo...

Que linda la perla, me recuerda a mi pequenha "Aita" que es un amor, yo creo que son angeles guardianes que toman la forma de canes que nos aman incondicionalmente y sin limites ha! y tal y como somos!
saludos!

Anónimo dijo...

Si que fuiste valiente... a mi si me convence con un mirada y mas con un lloriqueo.. no me importa si se queda cochinita =P en serio q no tolero q algun animalito sufra.. claro tienes razón cuando dices q en algunas ocasiones es mejor actuar dejando de lado las emociones pero no =( igual no podria. Aveces creo q siento más compasión x los animales q x las mismas personas.
Me acuerdo que cuando era chiquita como todo niño ... era medio sádica xq paraba maltratando a mi perra (q en ese entonces era una cachorrita), y siempre mi mamá molesta me decia que "me perdia un vaso de agua en el purgatorio" =S no entendia bien pero preguntando supe a que se referia. Pues existe una creencia q dice q cuando tratas bien a un perro, te ganas un poco de agua en el purgatorio, (al q de hecho todos iremos) que seria llevado en la oreja del animal, asi que estoy tranquila xq al menos mi sed sera calmada cuando me mantengan pagando x mis pecados =P.
Oye en serio... aprovecho para contarte q me gustaria tener mi albergue canino, o unirme a un grupo en contra de actividades que atenten con la vida de toda clase de animales. Seria lo minimo que podriamos hacer x ellos no creen?, teniendo en cuenta que contamos con un poco más de masa encefálica (digo poco xq a veces nos comportamos peor q animales) Asi que si x ahi alguien se anima a formar un grupo para defender a los animales de maltratos humanos o si conoce algun grupo ya formado al q sea facil incorporarse pase la voz =) por ahora solo cuiden mucho a sus mascotas!!! lo digo x las personas que tienen niños pequeños, hay q explicarles q no son juguetes y enseñarles a tratarlos con cariño creo q seria una buena terapia para despertar en ellos sensibilidad humana!! OK :P